Los poemas, las adivinanzas, las coplas, las canciones, los diarios, las revistas, los libros pueden ser una botella al mar, librada al azar.
Nunca vamos a saber totalmente y a ciencia cierta qué es lo que realmente leyeron nuestros alumnos en ellos...
Sí es importante que podamos enseñar la lectura, mostrarla, que llegue a sus manos.
Y probablemente la tomen
y puede ser que sea para siempre.
BOTELLA AL MAR
El mar es un azar
¡Qué tentación echar una botella al mar!
Poner en ella por ejemplo un tango
que enumerara todos los pretextos
para apiadarse a solas de uno mismo
y quedarse en el borde de otro sueño
Poner promesas como sobresaltos
Y el poquito de sol que da el invierno
y un olvido flamante y oneroso
y el rencor que nos sigue como un perro
El mar es un azar
¡Qué tentación echar una botella al mar!
Poner en ella por ejemplo un naipe,
un afiche de Dios, el de costumbre,
el tímpano banal del horizonte
el reino de los cielos y las nubes
Poner recortes de un asombro inútil,
un lindo vaticinio de agua dulce
una noche de rayos y centellas
y el saldo de veranos y de azules
El mar es un azar
¡Qué tentación echar una botella al mar!
Pero en esta botella navegante,
sólo pondré mis versos en desorden
en la espera confiada de que un día
llegue a una playa cándida y salobre
y un niño la descubra y la destape
y en lugar de estos versos halle flores
y alertas y corales y baladas
Y piedritas del mar y caracoles
El mar es un azar
¡Qué tentación echar una botella al mar!
Mario Benedetti